
Teatro de los Celestinos

Una historia en tres actos
Acto I: De monjes a actores
Antes de resonar entre los aplausos del público, el Théâtre des Célestins albergaba… ¡un convento! Los monjes celestinos ocuparon el lugar a partir del siglo XV. Pero en 1779, su capítulo religioso bajó el telón: el convento se transformó en teatro. Se podría decir que los Celestinos habían dado paso a otra forma de sacralidad… ¡la del escenario!
Acto II: Fuego, llamas y renacimiento
Como todos los grandes actores, el teatro ha tenido sus momentos trágicos. Dos incendios, en 1871 y 1880, destruyeron el edificio. Sin embargo, como un ave fénix (y no el Phénix Hôtel), resurgió de sus cenizas gracias al arquitecto Gaspard André, que le dio su aspecto actual: una fachada majestuosa, un suntuoso salón a la italiana y esa famosa lámpara de araña que parece capturar las estrellas.
Acto III: El templo de la diversidad
Hoy en día, el Théâtre des Célestins es uno de los principales lugares de creación teatral de Francia. De Molière a los dramaturgos contemporáneos, acoge un abanico ecléctico de obras, sin dejar de ser un elemento esencial del patrimonio lionés.